Del ajedrez y otros demonios

Por MN Carlos Granados

"Que grandeza la de ser rey,

cuando uno debe ese título

a la fuerza del espíritu."

Kuprín

INTRODUCCION

Por decisión voluntaria durante los últimos años me mantuve al margen de la política en ajedrez, esto después de haber comprobado brevemente en carne propia lo cruda que puede ser la vida salvaje "de Federación".

Sin embargo los hechos recientes me han convencido que en este momento es importante definir una posición y manifestarla públicamente, como un aporte que nos permita salir de este "estado de sitio" mental auto impuesto.

Aclaro por último que mi posición es estrictamente personal y que no voy a permitir que sea usada por segundos para desacreditar o desautorizar a terceros. En pocas palabras "cero cerruchamiento de piso".

LA CRONICA DE UNA MUERTE ANUNCIADA

La votación que tuvo lugar el viernes 22 antes del inicio planeado de la primera ronda de la Final del Campeonato Nacional Mayor claramente refleja lo irresoluble de una situación a la que nos llevó la reciente pugna política por los campos de la FCA.

Definitivamente era incongruente que los jugadores votaran, sabiendo que esto no iba a resolver nada. De hecho 7 jugadores ya habían decidido que jugarían en las precarias condiciones definidas hacía 3 días y 4 jugadores ya sabían que no iban a jugar en esas condiciones.

En ese sentido es importante aclarar que contrariamente a lo que se señaló en algunos foros de Internet, no se trató de una "rebelión" o un "plan diabólico" destinado a acabar con la Federación, más bien se trató de un grupo de personas que una vez más se negó a ser partícipe directo de la improvisación de la nueva Junta Directa. Digo directo porque como dice el refrán "cada pueblo tiene el gobierno que merece", así que claramente ninguno de nosotros está libre de culpa.

No es la primera vez que hechos de este tipo sacuden el ajedrez nacional. Existe un precedente del lejano 1998 de un torneo clasificatorio anulado debido a una pobre convocatoria oficial por parte de la Federación. Poco tiempo después Sergio Bermúdez y Mauricio Arias se negaron a jugar el clasificatorio rumbo a la final del 99, por razones similares a las esgrimidas hace unos pocos días en Plaza Víquez.

Contrariamente a la impresión que se podría generar de los mensajes en los foros, ese viernes la discusión se dio de forma educada y como posteriormente se lo expresé a Diego Redondo, así como Oliverio Vargas, mi idea nunca fue la de boicotear, ni mucho menos socavar el trabajo de la nueva Federación. Simplemente se trataba de una elección personal, como protesta por un cambio desfavorable de las condiciones aceptadas en el Congresillo.

Se puede discutir largamente acerca de lo ocurrido ese viernes y brindar argumentos en pro y en contra de lo actuado por las partes, es claro que en el momento la situación fue mal manejada por los miembros presentes de la Junta Directiva. Sin embargo considero que hablar de esto es como discutir acerca de como combatir los síntomas de la enfermedad sin tratar de resolver el problema de fondo, es decir, como curar la enfermedad.

En este sentido es claro que la pregunta de fondo en nuestro medio siempre ha sido y será: Por qué siempre pasa esto? o mejor aún, cómo debe trabajar una Federación de Ajedrez?

CULPABLES ELLOS

Es interesante notar que desde mi regreso del Frente Ruso, todas las Juntas Directivas han pasado por un mismo proceso, esto independientemente de sus miembros. Inmediatamente debo aclarar que en su momento yo también formé parte de una de esas Juntas Directivas por lo que pueden creerme que lo que les digo lo viví en carne propia.

Desde el principio de los tiempos, todas las Juntas Directivas de las distintas formas que ha tenido el ajedrez nacional han basado su trabajo en el entusiasmo de los nuevos miembros. Este se expresa primordialmente en muy buenas intenciones y un deseo de trabajo desinteresado en pos de nuestro amado juego.

Sin embargo conforme pasa el tiempo, sea por los problemas del día a día del ajedrez que no permiten planificar, o las distintas ocupaciones de cada uno, o el cansancio en general, que finalmente el entusiasmo se acaba, se pierde la sensibilidad del cometido, comienzan los errores y las omisiones en la gestión. La gama de errores que se cometen en esos momentos es muy amplia, va desde pequeñas arbitrariedades hasta dejar perder el presupuesto o la identidad jurídica.

Ante esta situación ocurre un hecho digno de un estudio socio-psicológico: las voces del descontento y la crítica comienzan a escucharse cada vez con más frecuencia, hasta que finalmente se convierte en una fuerza demoledora, que en su búsqueda de justicia ha usado recursos como la sala cuarta o la prensa para demostrar y ratificar su posición.

Con lo anterior no pretendo coartar o limitar el derecho de nadie para lograr que sus derechos sean respetados, sin embargo debemos reconocer que cuando un conflicto entra en la esfera de lo jurídico es un claro signo de que algo no está bien.

Lo curioso del caso es que a la hora de revisar la lista de los "revoltosos", esta coincide casi en su totalidad con la lista de los federativos, lo único que cambia es la dimensión temporal. Esto quiere decir que todos en algún momento hemos defendido un desempeño mediocre y atacado un desempeño similar con los mismos argumentos una y otra vez.

Es importante notar que en estas cruentas batallas, en el mejor estilo de los conflictos en Irak o Osetia, por citar los de moda, a nadie le importa el pueblo. En el caso del ajedrez esto significa que a nadie le importa que la imagen pública del ajedrez se vea degradada al nivel de una telenovela o que padres de familia desistan de animar a sus hijos a practicar el juego ciencia en vista de la ausencia de respeto y la falta de educación del entorno. Me parece que sobre esto último debe llamarse seriamente la atención. El ajedrez es un juego de todos, pero si se sigue quemando la tierra podría llegar un momento en el que nada vuelva a crecer.

CULPABLES NOSOTROS

Desde la perspectiva de este humilde servidor la respuesta a la primera pregunta, planteada al final del punto 2, es muy sencilla: la Federación no hace un trabajo que no le corresponde. Cuál es entonces el trabajo de la Federación?, se preguntará el estimable lector y en ese momento surge la respuesta a la 2-a pregunta: La Junta Directiva de la Federación Central de Ajedrez debe coordinar las actividades del trabajo de las distintas comisiones técnicas que la integran, y estas a su vez están encargadas de dirigir el trabajo en el campo de su competencia.

De forma muy sucinta y sencilla esto significa que la Junta Directiva no hace el calendario de Torneos, de esto se encarga una Comisión de Competición con suficiente tiempo de antelación para que se eleve como recomendación y sea aprobado por la Junta Directiva.

El ELO no lo calcula la Junta Directiva o alguno de sus miembros, lo calcula una comisión (o comisionado) de ELO, el cual recibe la información que los organizadores le remiten a la Comisión de Competición, la cual obviamente debe verificar las condiciones de ejecución y los resultados del Torneo de turno, antes de remitirlo al comisionado.

Es obvio que los planes de preparación de ajedrecistas deben abarcar todas las categorías y ninguna es más importante que la otra. Se debe trabajar por igual, tanto en selección mayor, como la juvenil y las ligas menores; todas son prioritarias y al frente de este trabajo debe existir una comisión de selecciones y/o entrenadores, que se encargue de la definición de objetivos con los atletas y puedan proveer la logística necesaria.

Es obvio que se requiere de otras comisiones para abarcar todo el trabajo de la Federación. También obvio es que las asociaciones deben jugar un papel más activo, especialmente en el aspecto de la revisión del trabajo realizado, el cual debe estar claramente delimitado mediante un proceso de rendición de cuentas.

Para comprender lo anterior es importante que comprendamos que la Federación no es únicamente la Junta Directiva, esta es solamente la cabeza de una estructura más compleja y su misión es coordinar el trabajo de varias partes.

De la misma forma que el cerebro dirige y coordina el trabajo de todos los órganos del cuerpo humano, así debe visualizarse el trabajo de la Junta Directiva y las comisiones que la integran. La Federación es un todo y debe ser vista como tal.

Por último el esfuerzo más importante de la Junta Directiva debe enfocarse en el mercadeo, la promoción y la búsqueda de financiamiento para todos los planes de Torneos, los programas de entrenamiento, la formación y capacitación de árbitros, entrenadores y demás. Es en este aspecto del trabajo que siempre se ha fallado y no se ha sabido capitalizar la experiencia de gente conocida de nuestro medio que a lo largo de mucho tiempo ha organizado con gran éxito torneos fuera de la órbita Federativa.

En este último párrafo se esconde el secreto del éxito de nuestra empresa. Sin un adecuado financiamiento no será posible sostener la estructura de trabajo de las comisiones y estaremos expuestos a convertirnos nuevamente en Sísifo, condenado a repetir por siempre la misma historia.

LOS SOSPECHOSOS DE SIEMPRE

A pesar de no querer cerrar este artículo en una nota pesimista, estoy muy lejos de pensar que la utopía descrita en el punto anterior tenga posibilidad de llegar a ser realidad algún día. Para ello se requeriría un liderazgo firme y credibilidad por parte de la nueva Junta Directiva y estos ya quedaron en entredicho después de los sucesos del viernes.

Además se requeriría superar diferencias de índole personal entre los distintos bandos en conflicto, lo cual se ve más improbable aún.

Sin embargo estimable lector, si a pesar de mi escepticismo UD cree que aún es posible hacer algo por nuestro amado juego, permítame una última disgresión.

La Federación, desde la perspectiva de la estructura descrita anteriormente tiene mucho espacio y estoy seguro que todos tenemos cualidades que encajan en alguno de los puestos enumerados, sea cualquiera de las comisiones, la Junta Directiva, entrenador, árbitro o simplemente entusiasta del ajedrez. Pero antes de aceptar cualquier comisionamiento asegúrese que UD tiene lo necesario para desempeñar la tarea a cabalidad y sea conciente que UD lo hace por brindar un servicio a la comunidad ajedrecística y no por una cuestión de guerras personales.

Lo más curioso es que el mundillo del ajedrez es relativamente estrecho, no somos tantos como para poder menospreciar el aporte de nadie, es solo una cuestión de voluntad.

Espero con esto estimable lector haber ayudado a crear conciencia y reflexionar acerca de lo que verdaderamente queremos para nuestro amado juego.

Por mi parte yo ya encontré el lugar en el que creo servir mejor al ajedrez, a través de ajedrezdestudio y mis labores como entrenador particular y Juegos Nacionales.